Libertad, soy libre
Camino de un mundo mejor
Libertad. Se aproxima una fecha señalada en el calendario, una fecha que cada año reúne a cientos y miles de personas, con un mismo objetivo. Derechos, libertad, lucha, reivindicación, igualdad. Son algunas de las palabras que más se escuchan, en estos días. Periódicos, programas, publicaciones, informativos, redes sociales, etc. Todos se hacen eco y dan su particular información sobre el tema.
La verdad que hasta ahora, me había conformado con toda la información que vertían, sobre esta fecha y sus consecuencias. No había ido más allá. Me había conformado, con la versión oficial que se había establecido y que había ido tomando forma a lo largo de los años. Hace unas semanas aproximadamente, me propusieron escribir, hacer algo referente a un día, como el que se acerca.
Pensando, dándole vueltas, me puse a investigar, simplemente a buscar algo más de información. Un día que he celebrado y que pensaba, que tenía claro por lo que estaba allí, haciendo acto de presencia. Me he llevado toda una sorpresa, una gran sorpresa. Al descubrir la verdadera identidad, de aquellas que personas, que plantaron cara a una sociedad. Que lucharon y se dejaron la piel por todo el colectivo. Por todos, no se olvidaron ni se dejaron en el tintero a nadie, lucharon por todas las diferentes formas de amar, de sexualidad, de género.
En resumidas cuentas, por todo el colectivo lgbt. Aunque fueron marginadas, ninguneadas y discriminadas por la comunidad gay y el propio movimiento. Creo que la historia, les debe un lugar propio.
Todos conocemos o nos suena Stonewall, pero si os digo Sylvia Rivera, Marsha P. Jhonson. Sabríais decirme quienes son. Quizás en estos días, con motivo del cincuenta aniversario. La historia ha comenzado a darles su lugar y el reconocimiento que se merecen.
Estas dos señoritas han sido y serán dos pilares muy importantes, en la lucha por nuestra igualdad, libertad. Es momento de decir la verdad, el relato de Stonewall, ha llegado hasta nuestros días como una revuelta gay, masculina y de blancos. Pero no fue la verdadera realidad. Tenemos mucho que agradecer a trans, racializadas, negras e hispanas. Como es el caso de nuestros dos pilares.
Me cuesta entender, como dentro de un colectivo como el nuestro, el cual hemos sido humillados, vilipendiados, tratados como autentica escoria en muchas ocasiones. Tenemos la osadía de discriminarnos entre nosotros. Luchamos por algo que no tiene sentido. Pedimos libertad, igualdad. Pero entre nosotros hacemos distinción y nos discriminamos. No nos consideramos abanderados de la diversidad, de la libertad. Pero luego separamos y señalamos. Que más da la pluma, el pelo, la identidad, la sexualidad. Somos libres y sobretodo somos lo que queremos ser.
Todos estamos en el mismo barco y a todos nos van a tratar del mismo modo. Tengas o no pluma, seas trans, drag queen. A todos nos meten en el mismo saco, ellos no hacen distinción, somos iguales. En el fondo hasta tienen algo de razón, a todos nos mueve el mismo sentimiento, libertad sexual, amar a quien cada uno quiera y como decida. Libertad, igualdad.
Estamos en el siglo de las libertades, pero las de verdad. El avance humano, tecnológico… Nos centramos tanto en cosas banales, que nos olvidamos de nuestro verdadero norte, de las personas.
Dejar de lado esa supremacía masculina y blanca, que ha dominado el pensamiento de muchos, durante años. Se acabo, nadie es más que nadie. Acabemos con los falsos mitos, como el que nos toca. “Stonewall, protagonizado por gays, blancos, cis, jóvenes, socialmente guapos y liberados”. Cuando fueron trans racializadas que lucharon codo con codo con chaperas callejeras y bollos de todo tipo, y también maricas que luchaban en grupos clandestinos, ocultos, anarquistas, antibelicistas, comunistas o de liberación racial. Esta fue la verdadera realidad que allí se vivió.
Volviendo a nuestras protagonistas en días como el de hoy, me quiero centrar un poco más en Sylvia. A la cual la historia ha intentado darle la cara más oscura, es como la princesa mala del cuento. De ascendencia portorriqueña y venezolana, pura latina, sangre caliente.
Mujer trans, drag queen, como ella solía definirse. Arrastraba a sus espaldas, una infancia violenta y llena de traumas. Se quedó huérfana siendo muy niña, mala relación con su abuela. Lo cual le obligo abandonar su casa, cuando solo tenia diez años. Sufrió abusos por parte de la policía, a causa de su identidad genero. Estuvo en la cárcel, aparte de su por su identidad por como decidía transitar por la vida, su vida. Sylvia marcó un antes y un después. (nota informativa: fue de las primeras en lanzar un molotov a la policía, cuando entraron en sus famosas redadas).
Sin embargo, Marsha una de las drag queens, más famosas de la ciudad, la “Rosa Parks, de los derechos trans. Nacida en Jersey, afroamericana. Amiga y compañera de Sylvia, arrestada en varias y ocasiones. Tuvo una infancia complicada, debido a su educación cristiana. Fue una gran superviviente, llego a diseñar los trajes de otras drag queens, de la vida nocturna de Christopher Street. Ayudaba a jóvenes lgbtq, que no tenían hogar y con dificultades, una “madre drag”. Con una personalidad excéntrica, extravagante, glamurosa. Tuvo numerosos enfrentamientos con la policía, motivos similares a Sylvia.
Su muerte sigue siendo un misterio a día de hoy, se encontró su cuerpo flotando en el río Hudson. Suicidio, eso dijo la policía. ¿Os creéis la versión de la policía?. Los que de verdad la conocían, nunca llegaron a confirmar dicha versión y siempre la pusieron en duda.
Esta buena combinación, las circunstancias. Hartos, cansadas de esa situación y de forma espontánea, surgió el momento. Varias molotov, improvisados con las bebidas, que estaban tomando en ese momento. Duraron tres días, una batalla campal, por la libertad. Esos días, marcaron las bases del orgullo.
No deberíamos olvidar, cual es nuestro cometido en un día como hoy. Seguir luchando por ellas y ellos, que nos hicieron el camino y la vida más fácil. Olvidarnos de prejuicios, las reinas callejeras de color no deberían ser un impedimento en el objetivo de asimilación en el mundo capitalista, blanco y heterosexual.
Es su momento, el momento que se reconozcan los derechos trans, su igualdad con el resto del colectivo lgbtq y de la sociedad. Tanto Sylvia como Marsha, criticaban que la comunidad trans ha permitido que la comunidad gay y lesbiana hable por ellas.
La lucha de Sylvia y de tantas otras mujeres trans sigue más viva que nunca, a día de hoy. Ya que por desgracia, siguen siendo ninguneadas por un sector del feminismo. A día de hoy, se vulneran sus derechos, sus expectativas de vida sigue siendo mucho más inferior que las personas cisgénero. Lo cual son arrastradas, por el sistema, a la pobreza, indigencia y prostitución como única forma de trabajo posible.
Que no se nos olvide, que la Organización Mundial de la Salud, sacó la transexualidad de su lista de enfermedades mentales, en junio de 2018. La lucha de ayer, es la lucha de hoy.
Un dato curioso, que he encontrado adentrándome en la vida de estas maravillosas reinas callejeras. La primera marcha gay fue en traje de paño y corbata. Por eso, ellas no eran bienvenidas, destacaban, eran estrambóticas, iban a las marchas en ropa de lycra y plumas. Rompamos los prejuicios y amemos la diferencia. Todos remamos en la misma dirección. Libertad.
No olvidemos nuestra propia identidad y no intentemos encajar en el armario de la sociedad normal. Libertad.
El orgullo existe debido a una, varias, mujeres trans, bisexual, negra, trabajadora sexual. Que lanzó un ladrillo a la policía y comenzó una revuelta contra lo establecido. Libertad.
Gracias, por haber dado el paso, por iniciar ese movimiento. Por luchar, por entregar vuestra vida a la causa e intentar hacer un mundo mejor, en el que todos, todos, tenemos cabida. Aprendamos que la diferencia, no es algo negativo, ni malo. Enriquece, el algo bueno. No lo olvides, aprende de lo diferente, te hará ser mejor persona.
Feliz Orgullo para todos y todas, a disfrutar de nuestra fiesta, de la libertad y la tolerancia. Pero no se quede solo en un día, que sean todos los días. Vive con Orgullo, siéntete libre, orgulloso. Amor es Amor.
Amor es Amor. Se Libre